Cualidades de un buen vidente: en qué debes fijarte

  • A la hora de buscar un buen vidente, las preguntas que nos pueden invadir son muchísimas. Sin embargo, siempre hay indicios que nos llevarán a la mejor opción. Os queremos contar, en este caso, en qué debéis fijaros cuando hablamos de las cualidades de un buen vidente.

    ¿Cuáles son las cualidades de un buen vidente?

    Cualidades de un buen vidente

    Pese a que podemos fijarnos en muchos detalles, como hemos visto en otros artículos, las cualidades que sobresalen en los mejores videntes son las siguientes:

    Empatía y dotes de comunicación

    La empatía es fundamental a la hora de relacionarse con los demás. Pero, en el caso de un buen vidente, es esencial. A todos nos gustaría que las cartas de las tiradas fueran siempre positivas, que nuestra vida estuviera repleta de muy buenos momentos. Pero, esto, a la vez, sería estar estancados en la vida, no avanzaríamos en nuestro transitar por esta vida. Así, las cartas negativas son tan necesarias como inevitables. Sin embargo, se necesita una gran dosis de empatía y buenas dotes de comunicación para poder transmitir estas noticias. Del mismo modo, un buen vidente siempre sabrá ponerse en el lugar del otro y darle los mejores consejos, siempre objetivamente y a título personal.

    Intuición

    La intuición es una de las cualidades más necesarias cuando hablamos del Tarot y de la interpretación de las cartas. Así mismo, un buen vidente o tarotista entenderá rápidamente las necesidades de sus clientes y podrá ofrecer la información necesaria y correcta. De nada sirve que el tarotista no tenga intuición, pues esta es necesaria tanto a la hora de interpretar las cartas como de tratar al consultante.

    Confianza y valor

    Cuando hablamos de valor, estamos hablando de la fortaleza que tienen los buenos videntes, pues ellos son los primeros que se sientan mal cuando las cartas no son propicias al consultante. En muchas ocasiones, llegan a sentir el mismo dolor que estas transmiten al consultante, pero su trabajo no es otro que superarlo, transmitir las noticias a sus clientes y ayudarles en la medida de lo posible. Así mismo, un vidente debe transmitir confianza a sus consultantes, pues esta es la base de cualquier relación. Un buen vidente sabrá encontrar el punto correcto entre las necesidades del consultante y sus sentimientos y emociones.

    Honestidad

    Relacionado con el valor, un buen vidente o tarotista siempre sabe encontrar las palabras adecuadas para transmitir los mensajes de las cartas. Por mucho que le vaya a doler, sabe bien que la vida (y el futuro) de su cliente está, en cierta manera, en sus manos. Por ello, y muy a su pesar, y por mucha confianza que se haya generado entre estas dos personas con el tiempo y a lo largo de las tiradas, un buen vidente siempre, siempre, va a ir con la verdad por delante.

    De entre todas las cualidades de un buen vidente, estas nos parecen las más destacables, aunque puede haber muchísimas más: seriedad, cumplimiento, dedicación, etc.

    ¿Cómo acabar de decidir? ¿Debo cambiar de tarotista?

    El que debe acabar por decidir en qué tarotista confía es el consultante: él tiene la elección final. Y si hay algo en lo que se debe confiar para tomar esta elección es la intuición. Al hablar con nuestro tarotista podremos ver qué tan sincero es, qué tanto le cuesta transmitirnos el mensaje de las cartas, … Hay muchos indicios que, si los observamos atentamente, nos indicarán si esta persona es la adecuada para consultar. De lo contrario, si no tenemos las cosas claras o no nos acaba de convencer la relación que tenemos con él o ella, lo mejor es buscarnos un nuevo tarotista.

    A la hora de buscar un nuevo tarotista, podemos fijarnos en su sitio web, en sus redes sociales o, incluso, en el precio por sus servicios. Sea como sea, debemos seleccionar aquella persona que solo con ver algo suyo nos transmita confianza. Además, aquellos que suelen ser claros en cuanto a los precios, suelen ser los mejores: sabemos, de entrada, cuál es el precio de sus servicios y que no van a intentar cobrarnos más o no vamos a entrar en una sesión sin saber su coste final.

    Tener en cuenta ciertos aspectos de la personalidad y el funcionamiento de nuestro tarotista es esencial a la hora de seguir confiando en él o bien seleccionar a otra persona más adecuada. Como en cualquier profesión, como cualquier persona, un buen vidente debe tener unas cualidades definidas y cuantificables. Si nuestra intuición nos dice que allí no es, debemos prestarle atención y analizar más de cerca cómo trabaja y funciona nuestro vidente. Y, sobre todo, cambiar si vemos que no es claro, conciso ni transparente en sus lecturas. Os recordamos que las cualidades de un buen vidente pasan por el valor, la sinceridad y la empatía.

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